Escena en una escuela “Modelo”

     Las idas y vueltas que se generaron en una escuela muy especial (no muy distinta a cualquier otra), sobrepasaron los límites de las preguntas y los largos debates sobre la escuela que tenemos y  la que queremos  y  cómo se viven las relaciones dentro de la misma. Casualmente  este último viernes en una peña –la mayoría éramos docentes- debatíamos el Rol del directivo de le escuela. Surgieron múltiples Coincidencias y no tantas sobre el tan anhelado sillón de Rivadavia. Vinieron a mi mente los escritos  de  Richard Sennet en el cual  nos invita  a pensar las nuevas formas de control y dominación que están basadas en lo que se llama  el poder sin autoridad. En una institución donde las jerarquías y normas estrictas operan marginalmente sólo se llega a desenlaces como: violencia de los docentes hacia sus propios compañeros, acecho de los  vicedirectores  hacia los docentes, directores intimadores y lo peor… la violencia  de los docentes hacia sus alumnos y el aprovechamiento de la asimetría que tienen respecto de ellos.

     En la clase “Autoridad y Trasmisión” del profesor Estanislao Antelo agrega  “No hay más jefes, sino coordinadores, líderes, entrenadores. El entrenador evita la confrontación y el conflicto y es un colega altamente cualificado”, ¡¡¡Evita la confrontación!!!; válgame Dios que lejos estamos de este concepto, lamentablemente en esta Escuela Modelo, sólo vibra el dicho “Divide y gobernarás” la autoridad se enrostra  sin tapujos, nadie tiene duda de eso. Nuevos cambios, nuevas idas… en esta “escuela modelo”, el miedo  nuevamente  se percibe en los pasillos, miedo a la opresión y a nuevos llantos que todavía se oyen en las aulas. No creo en la casualidad, es todo un sistema que ofrenda y lleva hacia el mando a estas  personas  que se particularizan por estar teñidas de atributos poco deseables que  bordean estructuras de personalidad tan indeseables como las psicopáticas donde parecen entender que la tarea de dirigir es una labor que solo se lleva adelante mediante la persecución y maltrato hacia sus “dirigidos”. ¿Qué clase de modelo nos están proponiendo estas personas con su ejemplo de dirección? Solo nos están  conduciendo a una sociedad falta de valores y más individual, donde el “sálvese el que pueda” convive día a día entre los nosotros.

     Sí amigos, aquí aparece  una de las palabras más temidas: “El poder”…  es importante reconocer de la complejidad y la contingencia de los fenómenos de poder en las escuelas. En  este caso en particular el guía, coordinador ¿sabemos cómo va a manejar el poder teniendo en cuenta sus atributos personales, sus perspectivas psicológicas? –Mejor no imaginarlo… ¿qué podemos esperar de un “guía”, como el que ya mencionamos, respecto de su manejo del poder en las relaciones interpersonales e intragrupales?- ¡estamos en  el horno! Las relaciones de poder como la estamos viviendo en las escuelas tienen un espacio psicoafectivo; incosciente  y conciente que no podemos negar. Lejanos quedan los sueños de lograr entre todos un acuerdo colectivo, el trabajo colaborativo en equipo, donde  volcamos en nuestros  proyectos los modos de percibir los problemas que se generan en la escuela y como definimos nuestras prácticas de intervención.

     Inclusión, violencia, cansancio, diversidad, no son poca cosa, pero ¿qué pasa con la humanización de la educación? ¿Algún día llegará?...

     Estoy convencida  que sí, pero es momento en que comencemos a pensar entre todos cómo hacer para que a los puestos directivos de las escuelas lleguen personas capaces no solo  intelectualmente sino también valiosas como ser humano.

                                                                         

                                                                        Fabiana Márquez